¿CÓMO  FUÉ  EL ORIGEN DE: "MARÍA AYELÉN CREACIONES"?

Conocí a María Ayelén en el mes de Julio de 1.997 en un Instituto, tenía 3 años y 7 meses de edad. No hablaba y aún usaba pañales.

Ella, con la ilusión de encontrar padres adoptivos. Mi esposo y yo, con el deseo de formar una Familia.

Combinamos ambos sentimientos y a los pocos días nos encontramos compartiendo en nuestro hogar junto a su hermano mayor y a su hermana menor.

Hacía largos años que deseábamos ser Padres. Creo que esta situación colaboró a potenciar mi deseo de compartir tiempo con ellos, de enseñarles como mujer adulta, madre y docente.

Con el tiempo fuimos conociendo más de ella, de su discapacidad, de sus limitaciones, pero también de sus capacidades.

Desde aquel momento ha estado recibiendo apoyo terapéutico contínuo hasta la actualidad, obteniendo logros personales muy significativos que la motivan a continuar esforzándose en la perseverancia de tratamientos médicos, terapéuticos y su asistencia al Centro de Día de lunes a viernes.

Desde nuestro hogar tratamos siempre de poner en práctica los consejos de estos profesionales que la asistían para que sus logros sean a menor plazo y en mayor grado.

Asi fué que dentro de todo el apoyo que como padres tratamos de brindarle, buscamos colaborar en el desarrollo de sus habilidades motrices a través del proceso cognitivo, en especial la motricidad fina, decisiva para la  adquisición de destrezas y habilidades en los movimientos de las manos y de los dedos, e imprescindible para el desarrollo de su autonomía.

La motricidad fina implica precisión, eficacia, armonía, acción..., lo que podemos llamar movimientos de sentido útil.

Fue aprendiendo diversas actividades manuales en la casa y practicando otras que aprendía en la guardería, jardín inicial, centro terapéutico, escuela primaria y en terapia, para afianzarlas.

Llegó el día en que le propuse aprender a tejer en punto Santa Clara, buscando la lana y agujas apropiadas para que comien de una manera fácil y se motive a continuar si lo deseaba. Era una actividad manual importante para ella ya que respondía a sus necesidades beneficiando a todo su organismo: mente y cuerpo.

Mientras se teje, no sólo están en  funcionamiento las manos, sino también los ojos, el tacto o incluso los oídos. Lo que obliga al cerebro a mantenerse activo en diferentes frentes. Obliga a estar concentrado y a pensar continuamente. Fomenta la coordinación y agilidad mental al tener que ir cruzando hilo tras hilo, contando la cantidad de vueltas para cada tramo, seleccionando el color con el que se va a tejer. A la planificación de la confección al imaginarse el trabajo que va a elaborar pensando cómo se debe continuar para llegar al objetivo deseado.

Se trata de un contínuo ejercicio mental que estimula a las neuronas. Le llevó muchísimo tiempo aprender. María se ha caracterizado desde niña por luchar sin bajar los brazos perseverando en cada aprendizaje propuesto.
Era yo quien le colocaba los puntos, ella tejía, y cuando los puntos se caían, colaboraba yo levantándoselos, al final del trabajo, era yo quien cerraba el tejido.

Poco a poco fue sintiéndose más segura llegando a ser una actividad divertida y relajante tejer, mientras mira la televisión o escucha música colaborando a reducir estados de ansiedad.

En otros momentos teje en silencio, brindándole un momento apropiado para reflexionar y ordenar los pensamientos. La mente se concentra en la actividad dejando de lado las preocupaciones y miedos.

Actualmente ha logrado su autonomía para colocar los puntos, tejer y cerrar el tejido al finalizar su trabajo. Le aporta placer, mejorando su estado de ánimo al comprobar que sus propias manos pueden conseguir su objetivo dándole seguridad en sí misma y en su capacidad.

Como jóven, desea insertarse laboralmente, para esto es necesario una sociedad inclusiva.

Elabora alfombras tejidas con totora, útiles para colocar en el baño, a la entrada de la casa o en el costado de la cama, entre otros usos posibles. Muestra así sus habilidades y capacidades, lo que la lleva a aumentar su autoestima.

Las comercializa en forma particular y en la Feria de Artesanos donde exhibe sus trabajos. Actividad que la lleva a intensificar lazos de integración.

Ejerce su derecho en igualdad de condiciones que sus colegas artesanos.

Se sugiere que interactuen directamente con ella para colaborar con su independencia, yo, como artesana también, me ubico siempre en un puesto cerca de ella en las Ferias y, en caso de considerarlo necesario, participo. También ella suele pedirme ayuda si lo necesita.

Las alfombras que produce contienen muchas horas de trabajo y esfuerzo personal.
Son artesanales, únicas, sólo teje 2 iguales por pedido expreso.

También las teje por solicitud personal respondiendo a la elección del color, combinación, diseño y medidas de quien esté interesado en dicha artesanía.

Seguramente que con el tiempo logrará otros desafíos de trabajos y se encontrará mostrándolos públicamente.

María invita a la Comunidad de Monte Cristo a conocer sus producciones elaboradas con mucho Amor.

Desea darse a conocer por lo que PUEDE hacer y las CAPACIDADES que tiene.

Mabel Lucía Gazzoni